martes, 30 de junio de 2015

¿Qué piensa tu ginecólogo? pero no te dice nada!

¿Qué piensa tu ginecólogo pero no te dice nada!

¿Por qué eligió dedicarse a la salud femenina y no a la dental? ¿Qué opina su pareja de su intimidad con las pacientes? ¿Qué papel juega el pudor en la consulta? Diez especialistas responden con sinceridad a todo lo que has querido saber sobre ellos y no te has atrevido a preguntar.


Para las mujeres, los ginecólogos no son hombres: son los únicos sujetos que nos contemplan desnudas con la cara más aburrida del mundo. Inmutables, nos mandan quitarnos la ropa y abrir las piernas, con el tono monocorde e inocua actitud profesional. Qué duda cabe, los médicos especializados en los cuerpos de las mujeres (ginecología viene del griego 'gynaika', la ciencia de la mujer) son para nosotras una auténtica incógnita.

Ellos dicen saber mucho de nosotras, pero nosotras no sabemos nada de ellos. Un siglo atrás, cuando eran los únicos sabios, no nos quedaba otra que tendernos en el potro, pero hoy cada vez más las mujeres solicitan su traspaso a manos de una ginecóloga, no porque ellos hagan mal su trabajo, sino porque prefieren evitar el inquietante y engorroso encuentro de dos mundos.

En algunos países, incluso, los varones ginecólogos están en franco retroceso (en Estados Unidos solo un 30% lo son). En España, aunque la tendencia es la misma, aún son mayoría los varones que velan por nuestra salud reproductiva y sexual.

Por eso nos hemos puesto en contacto con algunos de los mejores especialistas de este país, pensando en hacer esas preguntas que nos ayudasen a entenderlos. ¿Por qué se hicieron ginecólogos? ¿Qué es lo más raro que les ha preguntado una mujer? ¿Cómo repercute su trabajo en su libido y en su vida sexual? ¿Qué papel juega el pudor en consulta? ¿Qué es lo más importante que han aprendido al tratar a mujeres de manera tan íntima?

Y teníamos muchas más. Por desgracia, la respuesta ha sido casi unánime: La verdad es que tus preguntas no eran las que me esperaba...; ''Yo tengo una visión médica de las pacientes, no íntima''; ''Me gustaría ayudarte, pero mis respuestas podrían malinterpretarse''; ''Lo siento, en esta profesión lo personal de lo médico tiene que estar muy diferenciados''.

Hay dos noticias, una buena y otra mala. La mala es que no todos quisieron dar la cara. La buena es que todos contestaron nuestro cuestionario, aunque solo dos accedieron a dar sus nombres: Emilio Santos, obstetra y asistente de partos en casa, y Javier del Pozo, cirujano estético-ginecológico, el rey de la vaginoplastia. Sus testimonios te van a sorprender. Bienvenidas a este tour por la cabeza del señor de la bata.

No es sexo, es medicina

Tu salud no es un chiste
''Cuando dices que vas a elegir la ginecología, todo el mundo te hace chistes, incluidos los compañeros de carrera. Muchos me decían que lo hacía para ligar y las compañeras de clase que nunca se dejarían explorar por mí. Ahora la mayoría de ellas son mis pacientes. Lo que sucede en consulta es púramente médico y no tiene nada que ver con tu vida sexual. Son dos mundos aparte. Es un poco esquizofrénico, pero te disocias, y no afecta en nada a tu libido. ¿Si tiene alguna ventaja conocer tanto el cuerpo de la mujer? Puede ser, pero no te voy a dar datos.''

Es la especialidad más completa
''Me gustaba mucho la cirugía y no concebía mi futuro sin operar, pero a la vez no quería olvidarme de la parte diagnóstica de la medicina, que también me apasiona. La ginecología es una especialidad donde prácticamente se hace de todo: tiene una parte de cirugía muy amplia que incluye la oncológica y la endocrinológica, además del diagnóstico por imagen mediante ecografía. Aunque, quizás, lo más amplio de todo sea la medicina fetal: restricción de crecimiento, cardiopatías, patología del sistema nervioso central....''

Me tomo en serio lo que deseas
''Yo era médico psiquiatra y decidí hacerme ginecólogo porque tenía el convencimiento (y lo he comprobado) de que parir en libertad de postura y en condiciones emocionales adecuadas supondría menos complicaciones, presentes y futuras, para la madre y para el bebé. Por eso, cuando asisto un parto, me tomo en serio el respeto al proceso natural. Creo en una sociedad en la cual las decisiones las tomemos las personas y no las instituciones. Me tomo en serio lo que cada mujer desea para su parto'' confesaba el  Dr. Emilio Santos

Anatomía femenina

Tu cuerpo es tuyo, pero yo algo sé
''Lo más raro que me ha preguntado una mujer, o por lo menos lo que más me ha sorprendido, son cosas relacionadas con el poco conocimiento que tienen del funcionamiento de su cuerpo. Por ejemplo, hacer una consulta por haber notado al fondo de la vagina un bulto, que resulta ser el cuello del útero, o preguntar si el objeto que se han introducido en la vagina puede llegar al ovario. Obviamente mi respuesta es clara: la vagina es finita, un fondo de saco, y los ovarios se encuentran dentro de la cavidad abdominal.''

El punto G está en tu cabeza
''Muchas veces me han preguntado si existe el punto G y he dicho que sí: Pero no lo busques en tus genitales, porque está en tu cabeza. La sexualidad de cada mujer es completamente distinta, pero eso no lo he aprendido en la consulta sino en mi vida personal.''

Secretos de consulta

A mi ecógrafo no lo engañas
''He encontrado de todo en la consulta, desde mujeres que refieren ser vírgenes y luego pones el transductor del ecógrafo y te encuentras un feto; a encontrar todo tipo de objetos dentro de la vagina, por ejemplo una bola de billar (hubo que hacer un fórceps para sacarla).''

Metí la pata por el choque cultural
''Me llama mucho la atención el choque cultural. En España la edad media para tener un hijo ronda los 35 años. Y una vez me vino una mujer dominicana de 35 años y le pregunté rutinariamente: ¿Está buscando embarazo?; y me respondió indignada: Uy, doctor, ¡pero si yo ya soy abuela de varios nietos! ¿Es que no se ha fijado usted en la edad que tengo?'' nos contaba el Dr. Emilio Santos

A lo mejor, lo que necesitas no es una cirugía, sino otra pareja
''Mucha gente joven recurre a la labioplastia reductora con láser [un proceso quirúrgico para reducir el tamaño de los labios menores]. Se hace sobre todo por motivos estéticos, porque hay mujeres que se sienten inseguras de que se les noten los labios con el biquini o la ropa íntima o no les gusta su forma. Una paciente a la que operé vino un día con su marido al consultorio. El marido se me quejaba de que ella había quedado muy mal después de la operación porque aún le dolía y no quería hacer el amor".

"Al día siguiente, me llama por teléfono la mujer para decirme que no hiciese caso de las quejas del marido, que se lo estaba pasando genial con su amante. Luego está la famosa himenoplastia o punto de oro (reconstrucción del himen), que en contra de lo que se piensa no es una cirugía de gran demanda. Yo siempre le digo a las chicas que en lugar del punto de oro busquen el punto G. A lo mejor lo que necesitan no es una cirugía sino otra pareja.... '' nos confesaba el Dr. Javier del Pozo

Otra vez te has puesto la bata al revés
Lo típico es el lío con la bata. Unas se la ponen con la abertura para adelante, con lo cual los genitales quedan a la vista y la bata deja de tener su función; otras creen que es una sabanita y no se la colocan... Siempre hay una cierta confusión.

De partos y embarazos

La primera vez sentí aprensión
Fue como estudiante y (te lo digo porque va a ser anónimo) lo recuerdo como algo asqueroso y muy sucio. Un parto visto desde fuera es algo muy fuerte y violento, pero con el tiempo lo he acabado experimentando como algo mágico. Es uno de los momentos más bonitos de la vida. También asistí el parto de mi hijo, que tuvo complicaciones, pero en ese momento actué como médico: quién mejor que tú para defender los intereses de tu mujer como paciente.

Gracias por dejarme ser parte de ese gran día
Al asistir los partos en el propio domicilio de la madre, he tenido la oportunidad de vivir algunos momentos únicos. He atendido a mujeres que han estado abrazadas a su pareja durante las contracciones o, por el contrario, que han acabado expulsando a su pareja. He atendido a mujeres que han parido de pie, o en cuclillas, o a cuatro patas. He asistido un parto en un jacuzzi al aire libre bajo las estrellas. He atendido mujeres que han gemido escandalosamente pero también a mujeres muy silenciosas. Dr. Emilio Santos

No pude asistir el parto de mi hijo
Tú, mejor que nadie, sabes todo lo que pude ocurrir realmente durante un parto, conoces cuales son todos los posibles peligros, así que no pude hacerlo cuando llegó el momento de convertirme en padre: tenía demasiado miedo.

Me enseñaste que es una experiencia de amor
Estábamos en una casa de campo. La mamá estaba de pie, gimiendo con cada contracción. Al oírlo, su hija mayor, de unos tres o cuatro años, se despertó y apareció somnolienta en la escena. La pequeña fue directa hacia su madre. Y ella, en cuanto terminó la contracción la cogió, la abrazó, la besó... y, al minuto siguiente, llegó la contracción con la que se rompió la bolsa. Solo cinco o 10 minutos después, el bebé nacía. Aquella vivencia me enseñó que el parto es un acto de amor y que necesita esa atmósfera para poder progresar. Aquella hermanita mayor trajo a la madre la experiencia hormonal [la oxitocina es la hormona del amor] que necesitaba para que su parto terminara de progresar. Lo emocional es crucial para lo físico. Nos contaba el Dr. Emilio Santos.

Pareja y vida sexual

Soy tu ginecólogo, no tu terapeuta
Casi siempre las mujeres que tienen problemas de infertilidad suelen obsesionarse. Una vez estábamos entregando un resultado de seminograma a una pareja y el resultado era nefasto para el marido: tenía cero espermatozoides. Cuando le entregamos los resultados, la mujer le decía al marido sin parar: Tranquilo Javi, no te voy a dejar, no te voy a dejar. No sabemos si lo dejó al final.

Atiendo a mi cuñada y a mi suegra
Mi mujer no tiene ningún problema con que yo sea ginecólogo, es más, en mi consulta atiendo también a mi cuñada y a mi suegra. Y casi todas las amigas de mi mujer le han pedido que las atienda yo. Para mí no es incómodo. Es mi trabajo. mujerhoy.


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