Antonio, Andrea, Carlos y Sally luchan en la gran final de Masterchef (30 de junio a las 22,30 horas en La 1 de TVE) por convertirse en el nuevo 'Masterchef España'. Aunque los miembros del jurado, los chefs Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, no han desvelado su nombre sí que dieron algunas pistas durante la presentación de la campaña de las lentes progresivas de Varilux, donde animaron a disfrutar de la vida sin límites bajo el lema: "Cómete la vida por los ojos".
El ganador de la final de Masterchef (tercera edición) no será perezoso, ni soberbio, ni buscará excusas, ni culpará a otra persona de sus errores. Al menos esto es lo que se deduce de lo que los miembros del jurado Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez compartieron durante su participación en la campaña para promocionar las lentes progresivas de Varilux.
La pregunta era clara: "¿Qué tipo de actitudes o comportameintos no perdonarían a un aspirante de 'Masterchef'? Y la respuesta lo fue aún más. Samantha Vallejo-Nágera reconoció que no le gusta la soberbia y que valora a las personas humildes que quieren aprender. Una opinión que comparte Pepe Rodríguez, para quien también es fundamental que el aspirante reconozca una equivocación. Por eso no comprende a los que buscan excusas y culpan de sus errores a otras personas o a las circunstancias o al hecho de que se le haya juzgado bien o mal. Con lo que no puede Jordi Cruz es con la desidia y la pereza. "Yo le puedo repetir cien veces algo a una persona que dice que siente la pasión del oficio y le gusta currar. Pero si después de repetírselo cien veces no lo sabe hacer, ya es por pereza. Cuesta el mismo esfuerzo y el mismo tiempo hacerlo bien que hacerlo mal. Hay que tener ganas. Si invierto mi tiempo en ti y tú me lo pagas con pereza y con desidia, te mato", sentencia.
En el otro lado de la balanza, los miembros del jurado de Masterchef sitúan cualidades como la profesionalidad, la organización y la capacidad de reacción. "En la cocina se puede perdonar todo tipo de errores o deslices, porque somos humanos, pero hay que ser profesional", insiste Pepe Rodríguez. De hecho, tal como reconoce Jordi Cruz, en un programa como Masterchef, en el que los aspirantes deben atender al reloj, los nervios, las cámaras, nuestros consejos y la tensión lo más normal es que se equivoquen. Por eso afirma que su capacidad para reaccionar ante una equivocación se valora mucho. Eso sí, Samantha Vallejo-Nágera insiste en que, a la hora de evaluar a un aspirante lo que cuenta siempre es su cocina, y no su carácter. "Nadie nos cae mal o bien y en este programa no juzgamos a la persona, sino su plato. Y eso es lo que más cuenta", explica, aunque reconoce que la estética y la forma de emplatar suelen tenerse en cuenta. Por eso Jordi Cruz no duda en asegurar que la misión de los chefs en el programa es convertirse en algo similar a una lente de Varilux, permitiendo a los espectadores que sean capaz de disfrutar de los platos que cocinan los aspirantes sólo con verlos, gracias a sus comentarios y sus impresines sobre lo que han probado y sobre cómo están ejecutados los platos. "Intentamos reflejar la realidad y describir lo más fielmente posible lo que estamos valorando", asegura.
En esta última entrega de Masterchef hemos sido testigos de momentos emocionantes, como las lágrimas de Eva González tras la expulsión de Fidel, el momento viral que propició uno de los aspirantes, Alberto, con su plato que fue objeto de todo tipo de burlas y memes en las redes sociales,'León come gamba' y la rivalidad visceral con varios "te odio" de por medio entre Sally y Carlos. Tampoco han faltado las críticas a los chefs sobre su "serveridad". Sin embargo eso es algo que, tal como explica Jordi Cruz, forma parte del concurso y es hasta necesario. "Ser un jurado serio implica conocer lo mínimo de los aspirantes y mantener una distancia, al menos al principio. Masterchef es muy real y aunque es cierto que poco a poco los vas conociendo y vas empatizando con ellos, intentamos alargar lo máximo posible ese momento para juzgarles con calidad. No necesitamos tener autoridad, sino ganarnos su respeto y, de alguna manera, ser severos, porque la cocina es dura. El reloj y nosotros somos el reflejo de esa severidad. Queremos ser el cliente que paga y quiere lo mejor".
Esta noche las puertas de ‘MasterChef’ se abren para el gran duelo final que enfrentará a Antonio, Andrea, Carlos y Sally. Solo uno de ellos será el nuevo ‘MasterChef España’ y logrará el trofeo que le acredita como el mejor cocinero amateur de España, 100.000 euros del premio, su libro de recetas y el Máster de cocina, técnica y producto en el Basque Culinary Center.
Para encontrar al primer finalista, el jurado invitará al mejor pastelero del mundo, Jordi Roca (Celler de Can Roca, con tres estrellas Michelin). Los aspirantes tendrán que preparar, sin receta, toda una obra de arte del chef. El concursante que mejor siga sus instrucciones, se proclamará primer finalista y estará a solo un paso de la gloria.
En el último viaje de esta edición, los aspirantes cocinarán un menú degustación en el restaurante más caro del mundo: el Sublimotion, en Ibiza, donde el cubierto cuesta 1.700 euros por persona. Harán las delicias de doce comensales muy exigentes, entre los que se encontrarán Ángel Nieto, Kike Sarasola y Marta Robles, entre otros. El mejor cocinero se proclamará segundo finalista.
Solo dos aspirantes regresarán a las cocinas de ‘MasterChef’ para vivir un momento muy especial, como el que vivió Vicky el año pasado. Los jueces, los exconcursantes y sus familiares acompañarán a los finalistas en este último duelo, en el que tendrán que cocinar un menú completo. Será un duelo de titanes, teniendo en cuenta que los platos serán catados por un trío de lujo: los chefs Ferran Adrià, Joan Roca y Andoni Luis Aduriz, que ayudarán al jurado a escoger al ganador de esta tercera edición.
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